Recorrido por el río Cali: un afluente que muere lentamente frente a nuestros ojos

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El río Cali se ve hoy lleno de basura, químicos, aguas residuales e indigencia. Autoridades aseguran que mantenimiento es costoso y que falta conciencia.
Detergentes y jabones van a parar al río Cali, por error o por tuberías ilegales. Emcali dice que no es sinónimo de contaminación, sin embargo el rastro blanco de la espuma cubre la poca agua que corre por estos días en el afluente.
Dato clave.Bajo caudal
El río Cali abastece a las comunas 1, 2, 3, 9 y 19. Como tiene bajo su caudal por la temporada de sequía, once barrios (7.943 familias) tienen racionamiento de agua de 8:00 p.m. a 6:00 a.m.
Los barrios afectados por este racionamiento son: Cañaveralejo, Belisario Caicedo, Urbanización Venezuela, Cañaveral, Bella Suiza, El Cortijo, Unidad Residencial El Coliseo, El Lido, Nueva Granada, Cerros de Guadalupe y Santa Isabel.
Este año el Dagma retiró 91.000 metros cúbicos de piedras de los ríos Cali, Aguacatal, Lili y Cañaveralejo, como una forma de prevención de inundaciones durante la próxima temporada invernal.
Las postales de antaño donde se veía un caudaloso río Cali con La Ermita y el Puente Ortiz de fondo quedaron en la memoria de los caleños de más edad. Ahora, el panorama es triste debido a la contaminación y la sequía.
Foto: Julio Sánchez | El País
Tal vez un poco más arriba. Ya a la altura del Zoológico no es posible bañarse en el río Cali. No como antes, según recuerda don Orlando, quien llega de paseo con su familia. “Toca buscar charcos más arriba, hacia la montaña”, dice, porque el ‘Salto de la piedra’ donde antaño la gente saltaba y se hundía sin llegar a tocar fondo, ahora el agua llega si mucho hasta la cintura.
En esa zona, antes de entrar a la ciudad, el río se ve claro y se observa el fondo. Las piedras son grises. Otro es el panorama a la altura del sector Entreríos, cuando al Cali llega el río Aguacatal. A partir de allí las piedras son color naranja, al igual que el agua. La basura y las ramas secas, a medida que se adentra el río a la ciudad, se vuelven paisaje para los transeúntes.
Muchos de los grandes hoteles del municipio están junto a él. “La idea es que los turistas llegaran y vieran un hermoso paisaje, con jardines verdes y agua limpia”, menciona el rector de la escuela de Turismo del Valle, Carlos Bernardo Torres.
Recuerda que en algún tiempo se pensó una recuperación integral. Pero que no hubo recursos y que quien lo lideraba se enfermó. Que, además, como en el sector de La Isla hay asentamientos subnormales (invasiones), el proyecto comprendía la reubicación de esas personas.

Río de espuma

En una piedra, sobre la Carrera Primera, frente al Centro Alférez Real, hay un letrero referente a “el Tambor”. Se lee “mira al frente”. Allí yace espléndido, de la altura de un edificio de cinco pisos, un árbol majestuoso. Se ve extraño sobre un río lleno de botellas de plástico y todo tipo de desperdicios. A medida que se avanza río abajo, el agua tiene un color café cada vez más oscuro y aparece sobre él una espuma blanca, como de lavadora.
“Son detergentes y jabones”, explica Hugo Salazar, vicepresidente de Acodal. Según él, es falta de mantenimiento de las cámaras de separación de caudales (que dividen las aguas residuales de las aguas lluvias) y que se tapan cuando tienen muchas basuras. “Esto también es culpa de la gente, que es ociosa y levanta las cámaras para tirar desechos”.
José Cerón, subgerente de Aguas Residuales de Emcali, tiene otra teoría: es el Aguacatal el que mata al Cali cuando desemboca en él. Explica que las conexiones ilegales y erradas (tuberías instaladas sin supervisión de Emcali) son las que más desechos de este tipo depositan en el río. Admite que algunas veces las cámaras de separación se obstruyen.

“El caño Cali”

Aunque está junto a importantes obras de la ciudad, como el hundimiento de la Avenida Colombia y corredores del MÍO, el río huele y se ve casi como un caño. Al menos eso comentan varios transeúntes en la zona Centro. Indigentes tienen su morada bajo los puentes, viviendo como en una ciudad subterránea.
“Es costoso mantenerlo”, comenta Camilo Vélez, del área de Recursos Hídricos del Dagma. Explica que sí se hacen labores de limpieza y que se proyectan obras para recuperar el Aguacatal. Que además se tiene diagnosticada la problemática de las invasiones al norte de la ciudad. “Sí hay proyectos”, concluye


Tomado de :http://www.elpais.com.co/elpais/cali/noticias/recorrido-por-rio-cali-afluente-muere-lentamente-frente-nuestros-ojos

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